- Está teniendo lugar una completa transformación de la movilidad y cada vez existen más restricciones en cuanto a normativa de emisiones. Ante esto, la búsqueda de nuevas formas de propulsión se ha convertido en el mayor desafío de la industria del automóvil.
- El coche eléctrico no es la única alternativa que existe frente al diésel y la gasolina de propulsión de vehículos. El abanico es mucho más amplio y es interesante conocerlo.
Si hay algo que tienen en común todas las etapas de la historia es la carrera tecnológica hacia la eficiencia y la rentabilidad. Hubo una época en la que el petróleo no era un problema y el consumo se consideraba un simple dato. En aquél entonces, la competencia entre los fabricantes de automóviles se centraba en otros aspectos como la potencia, el diseño o la durabilidad. Los tipos de propulsión no eran una preocupación.
Sin embargo, la transformación hacia una movilidad sostenible y los objetivos de cero emisiones establecidos por la Unión Europea han llegado acompañados de una estricta regulación en materia de emisiones. En la actualidad, la búsqueda de nuevas formas de propulsión se ha convertido en el mayor desafío de la industria del automóvil.
Los fabricantes invierten millones de euros en I+D, desarrollan planes estratégicos, adquieren las patentes potencialmente más beneficiosas… Todo ello ha dado lugar al nacimiento de múltiples tipos de propulsión de vehículos. Parece que el coche eléctrico es la opción más viable porque es de lo que más se habla. A pesar de ello, es importante conocer las diversas alternativas a la gasolina y el diésel que existen o están en fase de desarrollo.
Tipos de propulsión de vehículos
Existe todo un abanico de tipos de propulsión de vehículos:
Gasolina
Los vehículos equipan un motor de combustión interna. Son motores de explosión y utilizan la gasolina como combustible.
Diésel
Cuentan con un motor de combustión interna cuyo funcionamiento es similar al de un coche de gasolina. Emplean gasóleo como combustible y, aunque cuentan con los mismos filtros para la reducción de partículas que los gasolina, consumen menos, reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Híbrida
Combinan un motor de combustión (gasolina o diésel) y uno o varios motores eléctricos. Hay diversos tipos:
- Microhíbridos, ‘híbridos suaves’ o mild hybrid (MHEV). Un pequeño motor eléctrico permite arrancar el coche en modo eléctrico y realizar paradas del motor térmico con el coche en funcionamiento.
- Full hybrid o híbrido eléctrico (HEV). El motor térmico y el eléctrico funcionan independientemente o de manera conjunta. Están asociados a una pequeña batería autorrecargable, por lo que la autonomía eléctrica es anecdótica.
- Híbrido enchufable o Plug-in Hybrid (PHEV). Las baterías y el motor eléctrico tienen mayor capacidad. Permiten mayor autonomía eléctrica. Las baterías, además de autorrecargarse, se recargan ‘enchufando’ el vehículo a una fuente de carga externa.
Hidrógeno
El vehículo de pila de combustible (FCEV) es capaz de transformar el hidrógeno en energía eléctrica que se almacena en una batería y mueve un motor eléctrico.
GLC / GNC
Vehículos con motores de explosión que emplean gas en lugar de gasolina. Puede ser Gas Natural Comprimido (GNC) o Gas Licuado del Petróleo (GLP).
Eléctrica (EV)
Aquellos que cuentan con uno o varios motores eléctricos y una batería que almacena la electricidad. Se recargan conectando el vehículo a una fuente de carga externa.
Combustibles sintéticos con 0 emisiones netas: una alternativa realmente interesante
Los e-Fuels o carburantes sintéticos son carburantes líquidos, muy similares a la gasolina y el gasóleo. Esto quiere decir que los motores de combustión actuales son válidos para utilizarlos con pequeñas modificaciones previas. La gran ventaja es que no proceden de fuentes de energía fósiles, ya que se obtienen de un proceso químico a partir de hidrógeno, CO2 y otros gases, devolviendo a la atmósfera el mismo CO2 que ha recogido previamente. Por eso hablamos de 0 emisiones netas.
Se convierten así en una alternativa real a las restricciones de emisiones y resuelven las limitaciones de autonomía de los coches eléctricos. Otra de las grandes ventajas es que permiten utilizar toda la infraestructura existente, con tiempos de repostaje idénticos a los actuales. Por ahora, su elaboración tiene costes elevados, pero existen varios proyectos piloto para rebajarlos.
Como ves, existe todo un abanico de posibilidades en lo que a tipos de propulsión de vehículos se refiere. Nos están vendiendo a bombo y platillo que el coche eléctrico enchufable es el futuro, pero existen diversas alternativas limpias que, en menos de lo que pensamos, podremos ver en nuestras carreteras.