Descarbonización: incertidumbres y certezas

La combinación de todas las tecnologías disponibles será la clave para adaptarnos a la movilidad moderna

La descarbonización de los combustibles fósiles es un tema del que hemos hablado mucho en el último año. Todas las noticias, novedades y artículos que leo me hacer reflexionar acerca de todo este proceso. Me genera algunas incertidumbres y certezas sobre el camino que estamos tomando hacia una movilidad sostenible.

Estoy convencido de que el coche eléctrico no será la tecnología predominante en el futuro, tampoco lo será el hidrógeno ni los combustibles sintéticos. La clave está en la combinación de todas ellas con el objetivo de eliminar los combustibles fósiles y de llevar a cabo la descarbonización.

Es necesario que utilicemos todas las tecnologías que tengamos a mano porque además cada una de ellas se adapta mejor a según qué necesidades de movilidad. Eso es una certeza, y probablemente exista alguna otra tecnología con la que todavía no contamos o desconocemos.

Las incertidumbres sobre la descarbonización

Por otro lado, hay muchas incertidumbres acerca de la descarbonización. Para descarbonizar, hace falta mucha energía para producir la electricidad necesaria. Si tenemos un coche eléctrico, también hace falta electricidad.

¿Con cuánta capacidad contamos? ¿Cuál es la potencia instalada en España? ¿Cuánta potencia podemos alcanzar en un periodo corto de tiempo? Y si no, ¿cuál es la inversión que hace falta para nutrir una flota de millones de coches eléctricos en España?

Si no nos fijamos en la energía eléctrica, nos fijamos en el hidrógeno

Con el hidrógeno también tenemos un problema, y es que de momento es extremadamente caro de producir. Hace falta mucha energía.

Hace falta saber de dónde va a salir esa energía. Qué potencia instalada tenemos, qué capacidad tiene nuestro país y de cuánta más hace falta dotar para conseguir la cantidad de hidrógeno que hace falta.

También debemos tener en cuenta cuánto hidrógeno hace falta para hacer un cambio de movilidad desde el coche de combustión interna a un coche de pila de hidrógeno.

Los combustibles sintéticos

Si nos vamos a los combustibles sintéticos, pues estamos en las mismas, porque los combustibles sintéticos en realidad es hidrógeno con algo más. Es decir, es el proceso contrario al del hidrógeno procedente de una molécula de hidrocarburo.

A todo esto, parece que nadie le presta atención, y además negamos, por ejemplo, la energía nuclear o negamos otras fuentes de energía de las que sí disponemos hoy en día.

Personalmente, tengo mi sospecha de que a lo mejor hace falta instalar mucha fotovoltaica para ser capaz de producir esa energía. Y la fotovoltaica no es barata, no es sencilla y tiene sus propios inconvenientes. Como también los tiene la eólica o en general, las energías renovables.

Lo más importante para la descarbonización es tener una visión de conjunto

Todas estas reflexiones me llevan a la conclusión de que no hay una visión de conjunto. En las próximas semanas y en los próximos meses vamos a ver una serie de entrevistas con gente que verdaderamente sabe esto. También veremos unos cuantos artículos en los que vamos a tratar de desentrañar exactamente cuáles son las cifras detrás de esas cifras.

Cuánto hace falta invertir para conseguir una descarbonización de la movilidad. Es un tema muy interesante, porque luego lo iremos asociando a los fabricantes. Cuáles son sus planes para el futuro y sus posibles modelos de negocio para cambiar la movilidad.

Estación de servicio y combustibles.
La combinación de todas las tecnologías disponibles será la clave para llevar a cabo la descarbonización y eliminar los combustibles fósiles.
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David Henche

Profesor de estrategia y marketing con más de 25 años de experiencia como directivo en compañías multinacionales vinculadas a servicios, nuevos modelos de movilidad, coche eléctrico y car as a service.

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